La tostadora, como cualquier otro electrodoméstico, necesita una limpieza regular. Si quieres que esté siempre en perfectas condiciones de uso, ¡sigue nuestros consejos!
En un mundo perfecto, la tostadora la limpiaríamos después de cada uso, pero… ¡seamos sinceros! Normalmente hacemos el desayuno con prisas y lo último de lo que nos acordamos es de limpiar la tostadora.
Por ello, nuestro primer consejo es que la incluyas dentro de tu rutina de limpieza, cuando limpies la cocina o la encimera, recuerda también limpiar la tostadora. Lo primero que tenemos que hacer es, obviamente, asegurarnos de que está desenchufada.
Después comenzaremos limpiando las migas de la bandeja que, en la mayoría de los casos, se puede extraer fácilmente por la zona inferior. Ahora, dale la vuelta a la tostadora y sacúdela sobre el fregadero para que caigan los restos de pan.
Si la tostadora tiene restos de pan, en el siguiente uso este pan se quemará, dejando un olor bastante desagradable que, además, se puede adherir a tu tostada. La bandeja, por su parte, se puede fregar con un poco de lavavajillas y un estropajo.
El exterior de la tostadora, si es de acero inoxidable, podemos limpiarla y sacarle brillo con un poco de limpiacristales. Si es de un material plástico, puedes pasar la bayeta con una solución jabonosa y después un paño seco. Eso sí, ¡nunca limpies la tostadora por dentro con agua!
Y si quieres tenerla siempre limpia…
- Tras su uso: vacía la bandeja de las migas.
- A la semana: limpia la parte exterior.
- Al mes: limpia la tostadora en profundidad.
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